Mujeres, poder y paridad

¡Compañera

En democracia, los números cuentan: que existe un déficit en lo relativo al número de mujeres que participa en los órganos de poder político y administrativo en el mundo del trabajo y de la empresa resulta obvio. Pero eso es algo que está a punto de cambiar.
Hasta ahora, acciones positivas como la paridad han supuesto un gran avance hacia la igualdad entre mujeres y hombres; se llegó a la idea de una democracia paritaria como un derecho más de ciudadanía, el derecho a la igualdad, a fin de eliminar el llamado “déficit democrático”, dando paso a un reparto equilibrado del poder público y político entre mujeres y hombres. Para ello es necesario “cambiar la estructura de los procesos de decisión con el fin de asegurar la igualdad en la práctica”, y aquí Indra necesita un gran cambio: tan sólo el 11% de los puestos directivos están ocupados por mujeres.

La presencia femenina tanto en Indra como en el mercado de trabajo sigue afortunadamente en aumento: nos encontramos con que las mujeres constituyen en torno al 25-30% de toda la plantilla de la empresa en la actualidad, con una distribución proporcionada en cada uno de los roles a excepción de la dirección.

La incorporación de la mujer al trabajo ha supuesto también una participación más activa en el mundo masculino; un mundo regido por una lógica masculina, que no se preocupa por incluir el punto de vista del mundo femenino. Intervenir sobre este punto es crucial, porque las decisiones las tienen que tomar también las mujeres, y, de ese modo, ver reflejadas sus opiniones. 

"La cantidad es calidad cuando se alcanza una masa crítica"; existe la posibilidad real de cambiar las relaciones de poder dentro de las organizaciones a las que pertenecemos para mejorar la situación de las mujeres; el número creciente de mujeres en las empresas y en las instituciones es cantidad ya suficiente para poner en marcha cambios significativos. Resulta imprescindible el apoyo y la mutua conexión entre las mujeres que participan activamente en las políticas partidistas y aquellas que, desde fuera de estas organizaciones, militan en todo tipo de movimientos por conseguir las vindicaciones feministas. Las mujeres, cuando son pocas, difícilmente pueden cambiar ellas solas las cosas: sólo las alianzas entre ellas y el dejar de ser minoría pueden transformar los ámbitos del poder. Para ello las acciones positivas y, sobre todo la paridad, pueden jugar un papel relevante.

Tanto en la empresa como en las organizaciones sindicales las mujeres siguen siendo (muy) necesarias. Estamos muy lejos todavía de esa paridad, pero estamos más cerca que nunca. Desde esta sección sindical nos postulamos como una plataforma para dar voz a las mujeres; necesitamos afiliadas, necesitamos las opiniones de las mujeres, necesitamos que dentro de nuestra organización participen cada día más mujeres y pongan en marcha acciones sindicales orientadas a sus necesidades.

No más techos de cristal, no más brechas salariales, no más desigualdad en el trabajo.

Días como este 8 de marzo, día internacional de la mujer, son de especial relevancia porque se consolidan como espacios de vindicación por los derechos de las mujeres. El sindicato Confederación Intersindical ha convocado para este día paros parciales; el llamamiento es a hacer un paro en las tareas de cuidados y también en el empleo productivo, que irán acompañados de huelga de consumo, manifestaciones, vigilias y concentraciones. +info

La revolución puede ser del feminismo.